Este pasado mes de agosto conocí a un apicultor y me ofreció la opotunidad de fotografiar a sus abejas. Al principio la idea me daba un poco de miedo. Después, empecé a imaginarme la clase de fotos que podía obtener, y decidí tomármelo como un reto personal, una experiencia nueva. Así que me puse el traje de apicultora, encajé en mi cámara el 70-200 y nos encaminamos hacia las colmenas.
Este es el resultado de la experiencia, espero que os guste!
La entrada al panal.
Abejas obreras en uno de los cuadros del panal.
Las abejas pueden llegar a viajar hasta 4 km lejos de la colmena para recolectar polen.
Los zánganos son los encargados de fecundar a la reina
Miel.
Los opérculos cerrados contienen larvas en desarrollo y los opérculos abiertos de color amarillento contienen polen. En algunos de los opéculos abiertos podemos ver las larvas de un color blanco rosado aunque lo apreciaremos mejor en una de las fografías que aparecen más abajo.
En ocasiones, la cera de los cuadros alcanza formas preciosas como esta.
Esta es la fotografía en la que mejor se aprecian las larvas en los opérculos abiertos de la parte derecha.
La abeja que está en el centro de la imagen, la que tiene el abdomen más grande y que carece de rayas, es la reina. Es la única abeja de la colmena que pone huevos.
Sobre estas fotos, tengo que reconocer sobretodo un error: haber utilizado el mismo diafragma en todas las fotos: 2.8, eso ha hecho que algunas de las imágenes que tenian que salir completamente enfocadas, solo salieran parcialmente enfocadas. Por otro lado, tengo que decir en mi defensa que, el hecho de tener a 200 abejas revoloteando a mi alrededor y chocando constantemente contra mi cámara y mi cabeza, no me facilitaba precisamente el poder manipularla.
